El cine de catástrofes fue un género con bastante popularidad allá por los años 70 con películas repletas de las estrellas de la época enfrentándose ante una adversidad. Ya a finales de los 90 y principios de milenio, cuando el CGI revolucionó los blockbusters, este tipo de films regresaron. Pero desde entonces, pocas películas del estilo han destacado en un género que vive a base de horribles cintas con ínfimos presupuestos e infames efectos especiales producidas por The Asylum. Ante tal introducción creo que queda bastante claro que San Andrés (San Andreas, 2015) no es la adaptación del videojuego Grand Theft Auto: San Andreas, sino una película de terremotos protagonizada por Dwayne “The Rock” Johnson y que los amantes de este tipo de cine esperábamos con bastantes ganas. Lástima que no haya acabado siendo lo que esperaba…
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